Según Eva, "cuando toda tu familia son inventores amantes de la velocidad, seguir sus pasos es una cuestión de ADN".
Los alegres años que pasó diseccionando, montando y diseñando creaciones para testear los límites del velocímetro, la llevaron a construir la primera moto eléctrica homologada en Suecia, la ElectroCat. Cuando la sacó a dar una vuelta en la pista de Bonneville Salts en su 30° cumpleaños, estableció su primer record mundial oficial a 222 km/h.
Ambicionando quebrar la barrera de los 320 km/h, avanzó para su próximo proyecto y la hizo casi dos veces más rápida que la ElectroCat. Alcanzando la alucinante velocidad de 435 km/h, la Killa Joule logró batir todos los records nacionales e internacional establecidos por motos eléctricas, haciendo de Eva la mujer más rápida del planeta.